Torticas de calabaza

Mi "chacha Lola" fue la mayor de cuatro hermanos. Hija de panaderos, su madre se pasaba el día atendiendo el mostrador, por eso desde bien niña tuvo que hacerse cargo de los fogones del hogar. Como buena cocinera, de las de antaño, no entendía las prisas en la cocina. Todo a fuego lento, nada congelado. Los sofritos en sartén y jamás en la misma olla donde después de terminaría de elaborar el plato. Con sus manos habilidosas cortaba todo bien menudo, a cuchillo y sin usar máquinas modernas. Con su cocina siempre impecable y sus platos siempre deliciosos. Todo ese buen hacer culinario lo tenía también su hija, mi prima Maruja, quien heredó todo su talento. Hoy ninguna de las dos están aquí pero la herencia gastronómica sigue en la familia con su nieto Pablo, un excelente cocinero y responsable de mucho cursos de hostelería. Yo, a mi humilde manera, también intento mantener vivo ese recetario de "las mujeres Pérez" y por eso en el Día de los Santos nunca faltan en mi mesa las torticas de calabaza de mi tía Lola. A su memoria va dedicada esta entrada. Espero que os guste.

Ingredientes:

Elaboración:

Colocamos en un bol los huevos, el azúcar y el aceite.

Agregamos la leche y batimos bien toda la mezcla.

A la mezcla anterior vamos añadiendo la harina mezclada con la levadura.

Cuando todos los ingredientes estén bien integrados añadimos la calabaza cocida. Es importante que la calabaza se triture con un tenedor y no con ningún aparato eléctrico ya que no queremos que quede un puré liquido. 

Con ayuda de una cuchara (ya que la masa queda de textura similar a la masa del bizcocho) vamos colocando cucharadas de masa en el aceite bien caliente.

Una vez fritos rebozamos generosamente en azúcar.
















Y listos para disfrutar de ellos. ¿No os parecen deliciosos?