Tarta Sacher

Whole kitchen en su propuesta dulce para el mes de abril nos invita a preparar una tarta clásica austriaca: la Tarta Sacher. Una delicia para los más chocolateros cuya receta original es casi un secreto de Estado. La sachertorte es todo un símbolo en Viena; tanto es así que incluso llegó a provocar una disputa entre los herederos de Sacher y la confitería Demel. Por cierto, yo tuve la suerte, de probar la de ambos establecimientos. Mi hija, en su viaje de fin de carrera, hace ya algunos años, me trajo las dos. Desde entonces no la había vuelto a comer, pero gracias a la propuesta de este mes he podido disfrutar de ella de nuevo. La receta que he elegido, con algunas ligeras modificaciones, se publicó hace algún tiempo en el genial e infalible blog Mercado Calabajío. Asimismo, decidí cambiar la confitura de albaricoque de la Sachertorte original por una de frambuesas casera que tenía en la despensa. Espero que os guste.

Comenzamos preparando el bizcocho. Para ello batimos la mantequilla junto al azúcar glass, hasta que quede bien cremoso.

Añadimos el chocolate (que habremos fundido previamente) una vez que haya templado.

Mezclamos bien. Añadimos las yemas de huevo y la esencia de vainilla y continuamos batiendo.

Incorporamos las almendras picadas.

Llegados a este punto, agregamos las claras que previamente habremos montado a punto de nieve junto a 50 gramos de azúcar. Integramos este merengue con movimientos envolventes y sin batir.

 

Por último tamizamos sobre la mezcla la harina, el cacao en polvo y la sal. 

Vertemos la masa en un molde enharinado y horneamos a 150 grados el tiempo necesario (en mi caso fue una hora).

Recién sacado del horno puse en práctica el estupendo truquito que le vi a Laury de Con aroma a caserito y que a se vez había visto en La cocina de Fabrisa. Se trata de meter el bizcocho desmoldado y recién salido del horno en una bolsa de plástico y cerrarla bien. Hay que dejarlo así hasta que esté totalmente frío para que humedezca con su propio calor.

En este punto sólo nos queda montar la tarta. Para ello dividimos el bizcocho en dos discos y cubrimos generosamente una de las mitades con la mermelada.

Tapamos con el segunda disco del bizcocho y, sobre una rejilla, cubrimos con el ganaché de chocolate. Preparar el ganaché es muy sencillo. Basta con poner la nata en un cazo; una vez caliente se retira del fuego y se añade el chocolate troceado. Se bate todo para que quede bien integrado y por último se añade la mantequilla. Es importante que antes de verterlo sobre la tarta tenga una textura adecuada que permita que al echarlo sobre la tarta se vaya extendiendo por sí solo sobre la misma.