Tortada aguileña

He querido que una de las primeras rectas de este blog sea la de la "tortada aguileña"como un pequeño homenaje a mi pueblo, Águilas. Esta tortada forma parte de la tradición gastronómica de la localidad y entre sus ingredientes principales está el cabello de ángel, las almendras y, por supuesto, el merengue. Se trata de un postre que me trae muchos recuerdos porque siempre ha estado presente en las celebraciones familiares, como en las comuniones de mi hija y mis sobrinos (la de la comunión de mi hija llegó a pesar diez kilos; lógicamente las tasas de la receta que os doy son para una bastante más pequeña, aunque esta tortada suele ser de bastante peso por la gran cantidad de ingredientes). Es laboriosa pero sencilla de realizar.

A la mezcla anterior, se la añade la leche en la que habremos disuelto el sobre de flan y se lleva todo al fuego sin dejar de mover en ningún momento, pues al llevar tantas yemas tiende a pegarse. Pero hacéndolo a fuego lento y moviéndolo mucho el resultado será una crema perfecta (baste espesa y sin grumos).

Batir con varilla las claras. Cuando ya estén en el punto de merengue se le agrega el azúcar (poco a poco y sin dejar de batir) y un chorro de limón. Para saber si el merengue está en su punto se debe poner el bol del revés como veis en la foto.

Se corta el bizcocho en discos (cuantas más capas tenga la tortada mejor será el resultado).

Sobre una fuente no demasiado llana (para evitar que se derrame el almíbar) se coloca el primer disco. Es importante colocar el bizcocho directamente sobre la fuente, sin ninguna blonda de papel por la gran cantidad de almíbar que suelta.

Se riega el bizcocho con almíbar templado en abundancia.