Pastas de vino

Siempre que participio en el Reto de Tía Alia suelo decantarme por la receta dulce. He de confesar que lo hago con cierto temor pues las recetas suelen ser imprecisas en lo que a cantidades se refieren. Este mes al ver las pastas de vino pensé: "esta seguro que no falla, se ve bien sencilla"...Ilusa de mi que mientras la leía no se me ocurrió pensar que sería la primera vez que me vería obligada a realizar un cambio de la receta original. Mi primer intento acabo, literalmente, en la basura. No tengo claro si me falló la harina, la receta, el horno o yo misma que no debía estar demasiado fina. El caso es que me quedaron unas galletas que, recién hechas, resultaron sosonas pero que pasadas unas horas eran realmente incomibles. No me la quise volver a jugar así que como sé que mi querida Carmen acepta las adaptaciones de su recetario decidí sustituir el aceite por manteca y añadir un poquito de azúcar a la masa y, esta vez sí, menudo exitazo. Mis pastitas de vino, hojaldradas y aromáticas, volaron literalmente de la bandeja. Espero que os guste.

Ingredientes:

Adaptación:

Elaboración:

Batimos bien la manteca hasta que nos quede cremosa. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo.

Agregamos el vino y seguimos batiendo hasta que quede bien incorporado.

Añadimos la harina y vamos mezclando, ya sin batir. 

Pasamos la masa a una superficie enharinada y amasamos bien hasta que nos quede una masa manejable.

Con ayuda del rulo de panadero dejamos la masa finita y la cortamos con un cortapastas. La colocamos sobre una bandeja y horneamos a 180 grados hasta que queden doraditas.

Mientras estén calientes las espolvoreamos con azúcar glas.

Mirad que hojaldraditas y ricas quedan por dentro. Estupendas para acompañar el café.