Suprema al chocolate

Aunque el nombre oficial es suprema al chocolate, bien podría llamarse la tarta del Ummmmm. El viernes, cuando la hice para comer se quedó mi sobrina Marta en casa y al llevarse a la boca la primera cucharada soltó un ¡Ummmm, que rico!. Exactamente las mismas palabras que dijeron mi hija y mi marido y que más tarde diría mi sobrino Mateo (el catador oficial de la familia; especializado en tartas de chocolate, tartas de queso y arroz con leche jeje). En definitiva, una auténtica delicia sacada de El libro de oro del chocolate y a la que le tenía puesto el ojo desde hacía bastante tiempo. Su elaboración es sencillísima y la doble textura del mousse de chocolate (horneado en la base y semifrío en la cobertura) la convierten en un bocado exquisito. Espero que os guste.

Disolvemos en un cazo el chocolate, la mantequilla y el café soluble, hasta obtener una crema lisa y brillante.

En un bol batimos bien las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su tamaño.

Sobre esta mezcla de yemas y azúcar, añadimos el chocolate que previamente habíamos fundido (es importante que el chocolate haya enfriado por completo).

Por último incorporamos las claras batidas a punto de nieve. Mezclamos bien de forma manual (sin batidora) y con movimientos envolventes para evitar que bajen las claras.

Enmantequillamos bien un molde desmoldable de 24 centímetros y vertemos en él dos tercios del preparado (es decir, reservaremos un tercio de la mousse). Horneamos 35 minutos (hasta que la tarta haga una ligera costra pero aún siga blandita en su interior) a 150 grados con el horno precalentado.

Mientras horneamos la base, montamos bien la nata y cuando tenga una consistencia firme la mezclamos cuidadosamente con la mousse reservada. La cubrimos con papel film y la dejamos reposar en el frigorífico un par de horas.

Cuando la base que hemos horneado esté totalmente fría (esperaremos al menos dos horas) vertemos sobre ella la mousse reservada.

Una vez lista, la mantendremos toda una noche en el frigorífico antes de servirla. Importante: Antes de desmoldarla es fundamental tenerla tres horas en el congelador (esto podría evitarse añadiéndole un poco de gelatina pero a mi, personalmente, no me entusiasma la textura de la mousse con gelatina). Decoramos con un poquito de nata y listo.

Mirad que corte más rico. Creo que nadie puede negar que esta tarta es una auténtica tentación para los amantes del chocolate.