Helado de "mantecao"

Cuando yo era pequeña había dos cosas que me gustaban por encima de las demás: los recortables y el helado de "mantecao" (que es así como siempre se ha llamado en Águilas a lo que de forma correcta es el helado de mantecado). Recuerdo que la única heladería que entonces había en mi pueblo abría sus puertas en Semana Sanya y recuerdo también como yo esperaba con impaciencia esa fecha. Ese primer día mi padre, que era el que me daba y sigue dando todos los caprichicos, me subía en su moto, me llevaba a la heladería y me decía que eligiese el que yo quisiese y yo siempre hacía la misma elección: un cucurucho, el más grande, de "mantecao". Mis ojos de niñas jamás se vieron tentados por otro sabor y aún hoy sigue siendo mi crema helada favorita. Por eso cuando hace unos días mi querida Ani publicó esta receta de Marta Stewart me decidí a prepararla. Espero que os guste tanto como a mi. 

En un cazo colocamos la nata y la leche y lo ponemos a fuego medio para que se caliente pero sin llegar a hervir. Retiramos y dejamos enfriar.

Mientras tanta, con ayuda de una batidora eléctrica batimos las yemas con el azúcar y la sal hasta que duplique su tamaño y resulte una mezcla esponjosa.

Vertemos la mezcla de los huevos sobre la leche que ya estará bien atemperada. Mezclamos con la varillas y llevamos a fuego lento sin dejar de remover hasta que comience a espesar (retiramos antes de que hierva).

Cuando esté a temperatura ambiente lo metemos en la nevera y lo conservamos allí el tiempo suficiente para poder verterlo en la heladera.

Una vez que haya mantecado lo conservamos en el congelador hasta el momento de servir.