Rollo de merengue y albaricoque

La receta que os dejo hoy es sencilla y con muy pocos ingredientes pero el resultado, os lo digo de verdad, es increible. Os recomiendo que la hagais para descubrir su sabor y su textura porque no tienen nada que ver con el merengue y tampoco con la mermelada. Me vais a permitir que este plato se lo dedique a dos personas que ya no están aquí. La primera a mi hermano, porque era su postre favorito y nunca creyó que llevara esos ingredientes. Cada vez que lo hacía me decía que tenía que llevar harina, porque no era posible que con sólo claras quedase esa textura. La otra persona para la que va esta entrada es para su creadora, Dolores La chillaera, amiga de la familia y una gran cocinera, de esas que si hubiese vivido ahora se disputarían los mejores cocineros para sus restaurantes.

Montamos las claras a punto de nieve muy muy fuerte. Un truquito que viene muy bien para lograrlo es añadirle antes de empezar a batir una pizca de sal y cuando estén prácticamente monatadas el zumo de medio limón. Cuando estén totalmente montadas se va incorporando poco a poco y sin dejar de batir el azúcar.

Por último incorporamos el bote de mermelada. es importante que este último ingrediente lo introduzcamos con una cuchara y sin batir mucho. La idea es que no se queda una crema homogénea, sino un merengue con pelotones de mermelada.

Con este preparado se llena un molde de corona (con agujero en el centro) bien caramelizado.

Se introduce al baño maría en el horno precalentado a 180 grados (no es necesario gran cantidad de agua, yo lo suelo poner en la misma bandeja del horno con un poquito de agua). Pasados unos veinte minutos, en la misma bandeja, se pone en el fuego de la placa o vitrocerámica para terminar de cocinarlo. Si lo haceis vereis que casi duplica su volumen (como se aprecia en la imagen) pero luego, antes de desmoldarlo, suele bajar un poco.

Una vez frío lo ponemos en la nevera un par de horas antes de desmoldarlo.

Por otro lado preparamos la crema de la siguiente manera: en un cazo ponemos las diez yemas bien batidas con las cuatro cucharadas de azúcar. Cuando doblen su tamaño incorporamos la leche junto con el sobre de flan disuelto en ella. Llevamos al fuego sin parar de mover para que no se pegue. Cuando empiece a hervir retirar del fuego.

Por último, para emplatar el postre, desmoldamos en una bandeja el rollo de merengue y albaricoque y vertemos la crema (ya enfriada) en el hueco central.

Aquí os dejo una foto del resultado final.

Y otra del corte para que veais como queda la mermelada.

Con esta receta participo en el sorteo que organiza Tito por el primer aniversario de su blog.